viernes, 17 de agosto de 2012

Volver y revolver

Siempre me ha gustado leer en voz alta y la verdad que no entiendo por qué, o sí, creo que se trata de una cuestión de rebeldía, de rabia y coraje. Cuando era pequeña una amiga de mi madre me escuchó contarle un cuento a mi hermano y tras un rato observando cómo Alvarito se reía con su libro favorito, Un culete independiente, se dirigió hacia mí y me dijo: "Qué mal lees, dudo que tu hermano, más allá de los dibujos que tiene el libro, sepa qué es lo que pasa en la hisoria". Muy simpática ella.

Desde entonces, siempre que leo, locuto o hablo en público me acuerdo de esa señora y me sorprende que aquello no me traumatizara, porque, entre otras cosas, en ese momento pensé que tenía razón: ¿por qué me iba a mentir una persona mayor?, ¿qué ganaba con aquel comentario?

Con los años sé por qué fue: hoy se lo he contado a mi madre y me ha dicho que a su hijo, que andaba por allí, le costó mucho aprender a leer por un problema de dislexia. Y, ¿qué mejor que hundir a la que estaba al lado para tapar las carencias de su retoño? Muy simpática ella.

Así es, criticar es un acto desdeñable, cuando no se trata de construir y solo queremos hacer sentir mal al que tenemos en frente. Claro que, ¿cómo saber que una crítica no viene propiciada por la envidia y sus intenciones son buenas?

Se me ocurren una película, bueno dos, y la última colección de Dolce & Gabbana. Las películas son Dos mujeres (La Ciociara) dirigida por Vittorio de Sica y protagonizada por Sophia Loren y Volver de Pedro Almodóvar. Tanto el personaje de Raimunda que interpreta Penélope Cruz, como las propuestas de la firma italiana para esta primavera-verano, están inspirados en la garra y formas de Cesira, la mamma italiana que se ve obligada a "sobrevivir" en la Italia de la Segunda Guerra Mundial. Para mí versionar, también es una forma de criticar, la del buen crítico.

Y, ¿por qué son críticas y no maldades? Porque puedo imaginarme a Pedro en el sofá de su casa pensando en cómo sería la Cesira manchega, en cómo le gustaría que supiera cantar el tango de Gardel y lo bien que le quedaría a Pe el culo de la Loren, en definitiva, cómo la haría él mejor. Por eso, en vez de escribir "lo mal" que lo hizo el autor neorrealista, Almodóvar vuelve y revuelve para mostrar al mundo que con su versión puede ganar un Oscar.

Y, en el caso de Domenico & Stefano, esos tejidos y bordados, han hecho del "look mamma" el más elegante. Es curioso como una falda lápiz que llevaba una mujer huyendo con su hija de soldados y gente malnacida, pueda resultarnos tan elegante. De nuevo, me imagino a los dos directores creativos de la firma en su taller, rodeados de preciosas telas, soñando sobre un papel cómo vestirían Cesira y su hija si la vida no les hubiera golpeado más de 400 veces.

¿Son mejores sus versiones (críticas)? ¿Peores? Eso ya es cuestión de gustos. Lo que está claro es que de este modo se construye y no se escupe sobre la obra de otro. Porque, dicen que el trabajo dignifica, y yo pienso que intentado hacer lo mejor posible el tuyo, dignificarás el de los demás.