lunes, 21 de marzo de 2011

Atrapada en los castings


Los que estéis buscando trabajo debéis saber que hoy en día las entrevistas de trabajo ya no son entrevistas de trabajo propiamente dichas, sino Castings. Tengo varias explicaciones que sostienen mi teoría, y que enumero a continuación.

1. Demasiados reallity-shows en televisión han hecho mella en nuestra forma ver la vida, por lo cual, cualquiera que se encuentre en un proceso de selección, ya sean electores o elegidos, no podrán evitar sentirse en la piel de Bustamante, que llora y cuenta con todo el cariño de su pueblo para conseguirlo, en el de Risto, ese señor de recursos humanos capaz de destrozar tu discurso en menos de un minuto, o aquel Gran Hermano que te llama para darte la enhorabuena por que después de miles de pruebas, por fin puedes entrar en la casa (¿vestirán de forma tan ridícula como Mercedes Milá?).

2. Antes de recibir cualquier otro consejo, da igual a quién le cuentes que tienes una entrevista, lo primero que te dice es: "Cuida mucho la ropa que vas a llevar". De modo que, todo el tiempo, dinero y esfuerzo invertidos en labrarte un buen currículum se ven reducidos a unos chinos y una americana de Zara, para luego llegar y encontrarte a una Nina, que seguramente afirmará que "la belleza está en el interior", me río yo.

3. Tendrás que superar pruebas innumerables para alcanzar el primer puesto, porque a todo esto, nunca hay más de una vacante, ¿para cuántos candidatos? Creo que las colas para participar en Fama ¡A bailar! al lado de éstos se verían ridículas.

4. El peor momento de todos es el de ¡Allá tú! Has de negociar el salario que quieres ganar, o aún peor, decirle la basura que has cobrado hasta ahora a un señor que, por lo menos, ¡podría ser tan guapo como Jesús Vázquez!

5. Lo peor es que al final, da igual todo, porque nunca entenderás qué factores fueron determinantes para la selección, y no importa el número de vocales o consonantes del panel, la ruleta hará de las suyas, y le dará suerte a unos y a otros no.

Abandonando la idea de la tele-realidad, yo prefiero pensar que el día de la marmota en algún momento tendrá que acabar, es decir, llegará ese día en el que todo salga bien, sin fallos ni errores, con lecciones de piano, simpatía y saber estar incluídas, y por fin, se acabarán los castings. Para ello, hemos de equivocarnos muchas veces, y entender que siempre, siempre, la realidad supera a la ficción, así que, ¡a por ella!